El carbono no es invisible: cómo las emisiones reescriben el valor de los activos sostenibles
HM
De pasivo climático a activo estratégico: el GHG Protocol dentro de GRESB y la revolución silenciosa del inventario de emisiones
Cuando el carbono entra a la sala de juntas
Durante años, las emisiones de gases de efecto invernadero eran un dato técnico que vivía en los informes ambientales, a menudo en la última página. Hoy, ese mismo dato se ha vuelto protagonista. Porque cuando un fondo de inversión analiza su exposición al riesgo climático, o cuando un banco estructura una línea de financiamiento verde, lo primero que preguntan es: ¿dónde está tu inventario de emisiones?
GRESB, con su sección de GHG y métricas de reducción de carbono, ha dejado claro algo que muchos aún no terminan de ver: el carbono ha dejado de ser invisible. Y no solo por su huella ambiental, sino porque modifica el valor financiero y reputacional de todo portafolio inmobiliario.

El GHG Protocol no es un checklist, es una matriz de decisiones
Bajo el marco GRESB, el GHG Protocol es la guía que estructura el inventario de emisiones:
Alcance 1: emisiones directas (combustión interna, calderas, vehículos propios)
Alcance 2: emisiones indirectas por consumo energético (electricidad, refrigeración comprada)
Alcance 3: otras emisiones indirectas (transporte de insumos, viajes, residuos, agua)
Pero no basta con llenar casillas: lo importante es cómo esa data se convierte en decisiones. ¿Estamos electrificando nuestra matriz? ¿Podemos cambiar de proveedor logístico para reducir Alcance 3? ¿Cómo el diseño arquitectónico puede evitar emisiones antes de que ocurran?
El carbono no solo se cuenta. Se gobierna. Se rediseña. Se reduce.
Latinoamérica: el momento de actuar es ahora
En América Latina, muchos portafolios aún no han iniciado su primer inventario GHG. Otros lo hacen parcialmente, limitándose al consumo eléctrico. Pero quienes ya están reportando con GRESB, saben que este es un punto de inflexión competitivo:
El acceso a financiamiento climático comienza aquí.
La ruta hacia certificaciones como Net Zero y LEED no puede avanzar sin esta base.
Los gobiernos e inversionistas ya lo están exigiendo, y los fondos más grandes no aceptan excusas.
Ser parte de GRESB es aceptar que el carbono ya es parte de la conversación estratégica.

Además, los inversores están cada vez más interesados en fondos y acciones que prioricen la sostenibilidad. Esto ha llevado a un aumento en la demanda de activos sostenibles, lo que a su vez influye positivamente en su valor en el mercado.
Lo que no se mide no se transforma. Lo que se transforma, lidera.
En mi experiencia como advisor de GNFZ y GRESB en la región, veo cómo el inventario de emisiones no solo ordena la casa técnica. Ordena la mente ejecutiva. Cambia el lenguaje de los directorios. Prioriza decisiones. Abre nuevas posibilidades. Y revela aquello que siempre estuvo allí, pero nadie se atrevía a mirar con claridad: la huella estructural de nuestro modelo operativo.
El carbono está entre nosotros. No como una amenaza abstracta, sino como una oportunidad tangible de rediseño, transparencia y liderazgo.

Porque medir las emisiones no es el final. Es el principio de la transformación.
Y esa transformación ya empezó.