Sin datos, no hay sostenibilidad: La clave para un futuro responsable

HM

Jul 22, 2025Por Héctor Miranda

Cómo GRESB convierte la revisión de datos en el verdadero núcleo de la gobernanza ESG

La sostenibilidad sin evidencia es apenas un relato

Durante años, muchas organizaciones han intentado posicionar sus estrategias ESG como una muestra de liderazgo y compromiso. Pero hay una verdad incómoda que cada vez resulta más difícil de ocultar: la sostenibilidad sin datos es una ilusión elegante. Puede tener buenos titulares, incluso reportes brillantes, pero si no se mide con rigor ni se revisa con criterio, no transforma nada.

GRESB lo ha entendido con claridad. Por eso dedica un componente completo de su evaluación al monitoreo y revisión de datos. No como un mero requisito técnico, sino como la piedra angular de una gobernanza ESG seria, operativa y financieramente relevante.

Lo que se mide, se conoce.
Lo que se revisa, se mejora.
Y lo que se mejora con consistencia… crea verdadero valor.

sustainable data

Inteligencia operativa: el punto de quiebre entre declarar y liderar

En nuestros años de experiencia acompañando portafolios diversos —desde universidades y grupos inmobiliarios hasta industrias complejas— hemos visto cómo este aspecto de GRESB separa rápidamente a quienes lideran con visión de aquellos que aún operan por intuición. El monitoreo de datos no se trata solo de sensores o planillas: se trata de construir una inteligencia operativa real.

Una organización que domina este aspecto no espera al fin de año para revisar su huella de carbono o consumo energético. Integra esos indicadores a sus reuniones de comité, enlaza sus metas ambientales con sus decisiones financieras y somete sus datos a auditorías o verificaciones que refuerzan su credibilidad. Ya no se trata de reportar: se trata de gobernar desde la evidencia.

¿Qué mide realmente GRESB cuando habla de data?

El aspecto Data Monitoring & Review examina cómo se recolectan, validan y revisan los datos ESG dentro del portafolio. Exige saber si esos datos están auditados, si se revisan periódicamente por los niveles adecuados de decisión, y si realmente se usan para definir planes de acción o tomar decisiones correctivas. No basta con decir que uno mide: hay que demostrar que se actúa en consecuencia.

Una empresa puede tener metas de carbono neutro al 2030, pero si sus datos energéticos están desordenados, si no se revisan de forma trimestral, si nadie es responsable directo de su interpretación y uso, esa meta se convierte en una promesa hueca. No lo digo por dramatizar, sino porque lo hemos visto decenas de veces. Y también hemos visto lo contrario: portafolios que, con una inversión estratégica en sistemas de monitoreo y cultura de revisión, han escalado en su desempeño ESG, han accedido a financiamiento verde y han ganado confianza ante sus inversionistas.

innovation sustainability

De la revisión técnica al liderazgo sistémico

En el fondo, este aspecto de GRESB nos invita a hacernos una pregunta clave:
¿Tu organización toma decisiones sostenibles, o simplemente las declara?

Y la única forma de responder con honestidad es mirar lo que ocurre con los datos.
¿Se recopilan de manera sistemática?
¿Se revisan con una frecuencia definida?
¿Se vinculan con los indicadores materiales?
¿Se toman decisiones a partir de ellos, o quedan archivados en reportes que nadie discute?

Responder sí a todo esto no es fácil. Pero es ahí donde comienza la verdadera madurez ESG.
Porque la sostenibilidad de un portafolio no se construye con intenciones.
Se construye con estructura, revisión, consistencia y evidencia.

data challenges

El futuro pertenece a quienes dominan sus propios datos

En Regenerativa, creemos que este es uno de los aspectos más estratégicos del marco GRESB. Y también uno de los más poderosos cuando se toma en serio. Porque cuando una organización domina su sistema de monitoreo, deja de reaccionar ante los cambios y comienza a anticiparse a ellos.
Eso no solo mejora la puntuación. Mejora la rentabilidad, la reputación y la resiliencia.

Y ese, al final, es el tipo de sostenibilidad que vale la pena liderar.